La leyenda de un palacio escondido “El palacio del Acebrón”
Como en los cuentos de nuestra infancia, esta historia comienza en un lugar muy muy lejano, donde nace la leyenda de un palacio escondido “El palacio del Acebrón”. Uno de los cinco grandes bastiones de Doñana, ahora reducidos a solo cuatro testigos en pie.
Este palacio es construido por Luis Pedro Espinosa Fondevilla en los años sesenta; surgido de un halo de celos dado que su hermana, Francisca “Paca” Espinosa Fondevilla, era dueña del Palacio de Coto del Rey y gozaba de gran renombre por la zona. Posición anhelada por él.
Ojos que engañan
Luis concebía su palacio desde otro punto de vista, en estas líneas desvelaremos una idea. Al poner un pie en el recinto del palacio descubrimos que su fachada no nos recibe de frente sino orientada a la salida de los equinoccios.
Una vez delante de su fachada se aprecian niveles o al menos acabados distintos, desde la escalera hasta el águila que la corona. Cada nivel tiene un trazado distinto, desde uno más rugoso a un blanco que deslumbra con sol intenso, una escena común en estos parajes.
Los aviones comunes, Delichon urbicum, pájaros que se ven apoyados en la fachada, nos guían hacia el emblema LEF haciendo referencia a Luis Espinosa Fondevilla, pero ¿Y Pedro? se preguntará, aquí juega con el lema «Liberté, Égalité et Fraternité», pista de la vertiente de pensamiento de Luis.
Al adentrarnos, la primera planta desvela una interpretación de la vida de Luis con un amplio salón, cuadros e incluso frescos que emulan estar en la Capilla Sixtina. Esto nos conduce a la inevitable pregunta: si el fin de un palacio es presumir de posición y ostentación, ¿Por qué construirlo en un lugar tan recóndito? ¿Qué fin tiene tanto lujo apartado?
Os invitamos a nuestras actividades para desentrañar estas preguntas y agradecemos vuestra lectura en nuestro Tour.
Estos son algunos de los valores y conocimientos que transmitimos en DoñanaTour.
¡Gracias y hasta nuestro próximo tour con DoñanaTour!